Datos tomados del libro Historia de Veintiun Años. La Independencia de Guatemala, escrita por Ramón A. Salazar. Guatemala C.A. Publicaciones de la Secretaría de Educación Pública. Tipografía Nacional. Mayo de 1928.
El año de 1814 Gainza, gozando del grado de Brigadier, fue destinado por el Virrey Abascal, del Perú, para el mando del ejército de ocupación de Chile, en sustitución del Coronel Sánchez. El Brigadier llevaba instrucciones escritas y terminales de invadir el Arauco y apoyarse en aquellos indios valerosos, correrse hacia el río Maule y hacerse allí fuerte, para poder atacar Santiago, y, sobre todo, no dejarse alucinar por las proclamas de los insurgentes, sino obligarlos a que reconociesen la autoridad de Fernando VII.
En Membrillar las fuerzas realistas a su mando fueron derrotadas. Después de esa derrota, Gaínza se vio obligado a celebrar con los insurgentes el Tratado de Lircay, una de las grandes flaquezas que lo caracterizaron y que no fue del agrado de ninguna de las dos partes. En ese Tratado, contraviniendo las instrucciones que había recibido, reconoció la independencia de Chile y consintió en llamar a su ejército nacional, en lugar de real, comprometiéndose además a evacuar el país. Se dice también que se atrevió a proponer al General O´Higgins, negociante por parte de los patriotas, la división de Chile para quedarse ambos con sus respectivos mandos, cosa que el caudillo rechazó indignado. [1]
El historiador Claudio Gay, dice que cuando los preliminares del tratado en cuestión, Gainza reveló en sus conversaciones privadas un espíritu tan liberal que dejó admirado a O´Higgins, quien llegó a dudar de la franqueza de su lenguaje, especialmente cuando le oyó decir “que Fernando VII estaba perdido para siempre, y que la Junta de España, patriótica republicana, procuraría siempre reconocer a la América y su causa”.
El Virrey del Perú, reprobó el Tratado de Lircay y mandó detener a Gaínza en Valparaíso, y hacer un Consejo de Guerra de oficiales generales. La instrucción de la causa duró cerca de dos años, resultando al fin que, aunque el Brigadier no era culpable de la traición y cobardía que sus enemigos le atribuían, la sentencia le infirió un estigma que bastan para empañar el honor de un soldado. La parte resolutiva de esa sentencia, dice:
“Que habiendo comparecido en el referido Tribunal el expresado Brigadier y oído sus descargos con la defensa de su Procurador, todo bien examinado, ha resuelto dicho Consejo de Guerra, y resuelve, atendiendo a las circunstancias de la causa: que el Brigadier don Gabino Gaínza en atención al arresto que ha sufrido, se le ponga en libertad reprobándosele los Tratados que hizo con los Generales insurrectos”.[2]
Tales eran los antecedentes del nuevo jefe que iba a gobernar Guatemala en sustitución de Don Carlos de Urrutia Montoya y Matos Hernández James, Caballero Gran Cruz de la Orden de San Hermenegildo y Teniente General del Ejército Español, hombre de mucha edad y de poca historia conocida.
Se dice que la letra y la ortografía revelan el carácter del hombre y en Gaínza puede hallarse un ejemplo notable; pues las indecisiones de que dio pruebas durante su vida pública en los campos de batalla y en el gabinete, tienen fiel reflejo en su firma y escritura. Y llegó a tanto su indecisión que nunca tuvo seguridad de cómo debía de escribir su propio nombre. En el Perú y en Chile, escribía su nombre Gabino; pero en los papeles que firmó en Guatemala, desde el día en que se hizo cargo del mando hasta el 15 de septiembre, ya se llamó Gavino. Quiso ser un innovador, pues en la proclama que dio a los havitantes del Reino que iba a gobernar, por delegación de Don Carlos de Urrutia y Montoya, los llama Guatemalenses y a Iturbide, de quien al fin de ese mismo año haría un ídolo y lo proclamaría un héroe libertador, lo llama, el 10 de abril de 1821, infiel, ingrato y ladrón.[3]
¿Obró lealmente Gaínza con Guatemala y fue partidario decidido de su Independencia absoluta?
Cita de José Cecilio del Valle:
“Yo estaba en Guatemala cuando se pronunció independiente y vi que aquel pronunciamiento fue celebrado con todos los idiomas de la alegría; vi que don Gabino Gaínza quería que el juramento de Independencia fuese arreglado al plan de Iguala y el tratado de Córdoba, y el pueblo reunido en Palacio repugnó aquel juramento; vi que habiendo yo manifestado que la voluntad pública era la Independencia absoluta de toda Nación, el pueblo manifestó su gozo del modo más expresivo; vi que el juramento propuesto por Gaínza el mismo día, en que se proclamó nuestra Independencia indicaba el plan que había en él y en otros de sujetarnos a México, etc., etc.”
El Coronel Montúfar en sus “Memorias”, dice: “Que Gaínza al final de la lucha de aquel día, manifestó estar dispuesto a prestar juramento y al tiempo de ir a hacerlo en manos del Alcalde Primero, la fórmula la dispuso el mismo Gaínza, arreglada al plan de Iguala, con lo que los concurrentes que llenaban la sala esforzaron sus gritos para que se prestase para una independencia absoluta de España, y de México y de toda otra nación”.
Refiere la leyenda que Gaínza viendo que no podía salirse con las suyas, trató de retirarse del Salón de la Junta; pero que un hombre del pueblo, de apellido Rodilla, lo agarró del brazo amenazándolo con que si no juraba caería allí mismo al golpe del puñal de los patriotas; cosa que decidió al vacilante y amedrentado general a hacerlo.[4]
José Cecilio del Valle, estaba en el secreto del gabinete de Gaínza y sabía lo que pasaba en aquel tiempo. Al principio no estaba de acuerdo con la Independencia en algunos puntos, pero cuando ya se había acordado la misma, redactó el Acta de Independencia el 15 de septiembre de 1821, aunque algunos historiadores consideran que tuvo una actitud vacilante.
Los guatemaltecos han crecido con la idea de la libertad que se logró, pero se puede considerar que todo se debió a intereses económicos de una elite urbana, que ignoró al resto de la población. La mayoría de cargos la tenían los españoles, porque el nombramiento venía desde España y los intelectuales lo que querían era conservar sus privilegios como grupo comercial. El 15 de septiembre firmaron la independencia de Centroamérica representantes de Guatemala, fue un movimiento urbano, no había representación de las provincias centroamericanas. Al final lo que se logró con la Independencia fue la desintegración de Centroamérica
[1] Ramón A. Salazar. Historia de Veintiún Años. La Independencia de Guatemala. Guatemala, C.A. Publicaciones de la Secretaría de Educación Pública. Tipografía Nacional. Mayo 1928. p. 216.
[2] Ibid. p.217.
[3] Ibid. p. 217 y 218.
[4] Ibid. p. 252